Jugamos adivinanzas desde pequeños … el veo veo, la búsqueda del tesoro, cuando comemos un caramelo, o cuando tenemos un viaje largo en auto, por todos lados están y nos divierten. Ahora, somos conscientes de todo lo que activamos con estos juegos?
Desde las adivinanzas se activan distintas habilidades como el razonamiento fluido, el inductivo, la capacidad de abstracción, la flexibilidad cognitiva, el conocimiento general verbal y la memoria de trabajo y la incidental, entre otras.
Las adivinanzas son una excelente manera de entrenar y ejercitar nuestra capacidad de memoria incidental o priming. Qué es esto? Es la habilidad para asociar una palabra a un concepto ya aprendido y de esa manera estimular el vocabulario. Es decir, vamos de lo particular a lo general, activando nuestro razonamiento inductivo… y así, con unas simples adivinanzas, aprendemos.
Desde nivel inicial, entrenamos a nuestros niños a pensar a través de pistas, a crear rimas, a clasificar en diferentes categorías, todo con un mismo fin… estimular los aprendizajes necesarios para el proceso de lecto escritura. Porque eso es un proceso, algo que vamos construyendo, que lo vamos formando, moldeando. De esta manera, la memoria incidental se convierte en un elemento primordial y necesario para el proceso de la lecto escritura. Lo sabían?
Cuando leemos y escribimos, buscamos en nuestra memoria aquellos sonidos relacionándolos con los dibujos de esas letras ya aprendidas, con el objetivo de armar nuevas palabras y frases.
Nuestro cerebro es plástico y flexible, pero está más que demostrado que el cerebro aprende mejor por medio de la novedad. Una adivinanza es una situación novedosa, en donde activo aquello que ya aprendí y almacené con un aprendizaje nuevo. Pongo en marcha mi razonamiento fluido, el cual se activa a partir de estímulos que fueron guardados en nuestra memoria y que necesito recuperar para transformarlo en un aprendizaje nuevo y más complejo.
Lo interesante de este material, es que nos posibilita a realizar distintas actividades y esta versatilidad es lo atractivo. Colores, buena tipografía, vocabulario frecuente y el tamaño de las cartas, proponen diferentes planes de acción y diversión. Al tener las pistas y la imagen, nos habilita a usar este recurso con niños que aún no leen y que pueden guiarse por la imagen.
Sin lugar a dudas, podemos crear momentos de juego y aprendizajes, y eso es lo que buscamos, porque aprender no tiene por qué ser aburrido.