Detenerse, encontrarse, mirarse, colaborar en conjunto, compartir….
Algunos de los gestos que se hacen presentes cuando la tierra media como espacio de unión para la familia.
En la primera infancia es muy valioso el contacto con la naturaleza y para que este sea posible, es necesario que habite el organismo familiar. Caminatas al aire libre, picnics, tardes en el río, lecturas sobre el pasto, pintar bajo un árbol; todas estas son actividades directamente propuestas por el adulto que presenta el mundo al niño. A través de estas propuestas surge la vivencia, la exploración y el juego en la naturaleza, y aquí se hace presente la necesidad de un asombro compartido para que el contacto con la tierra sea valioso.
En nuestros encuentros de «Huerta en Familia» proponemos que los adultos se hagan presentes a la altura del niño para disfrutar de la experiencia vivencial que convoca los sentidos y la atención puesta en todo lo maravilloso que nos rodea.
Abrimos la experiencia para que se vaya gestando la comprensión del valor de la naturaleza a través del amor real hacia toda esta vida que sucede al aire libre.
Luego de cada encuentro compartimos las sensaciones y siempre resuena el placer de poder compartir la experiencia juntos.
El tiempo en familia al aire libre refuerza la unión y facilita los vínculos que se recuerdan para siempre gracias a los procesos vivenciales que sugiere constantemente la naturaleza.
Tips a la hora de plantear un huerto familiar:
-El espacio elegido debe ser accesible para los más pequeños
-Las herramientas como regaderas, palas, rastrillos y demás deben ser acordes a la edad de los más pequeños y estar a su alcance.
-Es ideal plantear responsabilidades y tareas distintas pero también es importante poder permitir el contacto libre con la tierra para facilitar la relación constante con el espacio.
-Cuando los que intervienen son muy pequeños, considerar un buen acompañamiento para hacer de la actividad un espacio familiar.
-Por último, intentar siempre no juzgar lo realizado.
Todo el proceso debe ser placentero y cada uno avanzar a su ritmo.