Ideas Amigables

Toda nuestra vida está atravesada por el aprendizaje. En nuestro día a día estamos constantemente aprendiendo y adquiriendo conocimientos nuevos. ¿Necesitamos grandes saberes o juguetes especiales para estimular el aprendizaje de los más chicos?

La respuesta es no. Las experiencias cotidianas que vivimos con ellos pueden ser un gran motor de aprendizaje y ayudan a desarrollar distintas habilidades en las actividades de nuestra vida diaria. Además desde casa, se lo puede favorecer y enriquecer también de muchas maneras, divirtiéndonos y pasando momentos lindos en familia.

En primer lugar, los niños están aprendiendo todo el tiempo, aunque no nos demos cuenta, y es muy lindo poder descubrir con ellos todo lo que pueden llegar hacer. Aprenden observando lo que está a su alrededor, además analizando lo que ven y escuchan, armando sus teorías y poniéndolas a prueba constantemente en base a nuevas experiencias, haciendo inferencias causales y llevando a cabo experimentos.

Juegos de la infancia: de hoy y de siempre

Es más, si pensamos en los juegos de nuestra infancia, cuando la tecnología no estaba presente: veo veo, adivinanzas, cartas, dados… podemos darnos cuenta de que están llenos de habilidades que los chicos pueden desarrollar y fortalecer jugando: vocabulario, desarrollo del lenguaje, capacidad de abstracción, memoria, atención, asociación de ideas, cálculo, reconocimiento de números y sus cantidades, habilidades sociales, etc. Por ello, lo más lindo de estos juegos es que no tienen edades, pues en todas se desarrolla un aprendizaje distinto, poniendo a prueba diferentes conocimientos y capacidades.

Las ADIVINANZAS

 Además de ser un juego que desarrolla muchas habilidades, tienen un atractivo muy especial tanto para adultos como niños. ¿Por qué? Por el desafío, la curiosidad que supone descubrir el resultado (al observar, analizar, asociar pistas, deducir para llegar a él). Es un juego de detectives, de exploradores, en donde los niños de cualquier edad se retan a sí mismos, poniendo a prueba todas sus hipótesis y teorías de una manera divertida para llegar un objetivo. En todo este recorrido, lo más importante es el desarrollo intelectual y crítico que favorece este tipo de juego.

Adivinanzas, pienso, pienso y adivino

Adivinanzas, pienso, pienso y adivino  es un juego que crece con los chicos. ¿Cómo es eso? Los niños lo disfrutan desde los 3 años, cuando un adulto lee los enunciados y, con ayuda de la anticipación de los colores, de la trama y luego relacionándolo con la carta de la respuesta, llega al resultado. Más adelante, cuando los niños ya están en pleno proceso de alfabetización, pueden intentar leer el enunciado y luego el nombre del objeto que están adivinando para corroborar su respuesta. Cuando ya son un poco más grandes, siguen siendo un desafío las adivinanzas al sumar la carta de curiosidad y luego la pregunta sorpresa. Es por esto que este material tan atractivo y versátil lleva todo un PROCESO DE CRECIMIENTO EN EL APRENDIZAJE DE LOS CHICOS.

Tips para compartir en familia

Por último, nos parece importante invitarlos a que, de a poco, se le vaya dando lugar a estos momentos de juego en familia. Sabemos que, entre el trabajo, la escuela y los quehaceres de la casa, a veces se hace complicado, pero se pueden encontrar esos simples momentos en el auto cuando viajamos, en la sobremesa, unos minutos luego de trabajar o hacer lo escolar, etc. De esta manera, vamos a ir descubriendo, dentro de la rutina apretada, cuántos momentos sencillos podemos encontrar para jugar con los niños.

Además de estimular habilidades como la creatividad, imaginación, lenguaje, capacidad de sociabilización, lectoescritura y razonamiento lógico, en el juego también se trabajan los vínculos emocionales de toda la familia.  A través de él, podemos enseñar la importancia de valores como el respeto, la tolerancia, la generosidad o la confianza en los demás. No nos perdamos de estos momentos esenciales de la primera infancia, en los que se establecen las bases de nuestra personalidad, carácter e inteligencia emocional.